Solitario de alma, solitario de vida, amigos de momento, de lugares y situaciones, nunca fijos, quizás por su rectitud, quizás por su locura. Solventa sus fantasmas luchando con ellos directamente en las sombras, los mira sin parpadear, espera que se acerquen y sin que ellos lo noten desaparecen a la nada, penumbra de la inexistencia.
Deshonorado por dolores carnales, deshonorado por la piel, sentencia su perfil, anuncia a gritos dentro de su cuerpo que debe asistir a su obligación de siervo sin señor, asume su postura y emerge su poder, con cuchillo en mano frente a al tren, inserta la estocada con corte de pincel, caen sus entrañas y cae el también, acompañándolo como amigo de sepuco un simple riel.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario